lunes, 6 de abril de 2009

LOS CAMINOS DE LA VIDA

con Mery, Kike Yorg, Avo Almirón y Pedro Veloso
con RAUL JUNCO en LA VACA ATADA

con "EL PAYO" ORONA, Y "EL CUERVO" ÑANDIZU






con el poeta, periodista y cantor BOSQUIN ORTEGA











CON MERECES SOSA








CON OMAR MORENO PALACIOS











CON RAMON AYALA Y ALE RAYMOND











TAPA DE LA REVISTA "CUNA" febrero 2009











con ESTELA DE CARLOTO






FREDDY FERNANDEZ
Un militante del Pincel

Escrito por Carlos Bracuto
para la Revista "El Suplemento"
Freddy Fernández es uno de los fileteadores más jóvenes y por lejos el más activo a nivel social, habiendo llevado este arte a las fábricas recuperadas, gremios alternativos, escuelas, y centros culturales. Autor además de varios murales y fundador del grupo Los fileteadores del conurbano, Freddy es uno de los que trabajan duro por “recuperar el oficio”. Enseña fileteado –por supuesto, a precios populares- en su taller de San Telmo.
¿Cómo te iniciaste en el arte y oficio del filete?
Yo siempre fui letrista de barrio, trabajé con pinturas sintéticas que era casualmente la que se usaba para decorar los carros de principio de siglo y los colectivos. Paralelamente a eso era dibujante, así que estaba entrenado en los retratos, dibujo de cintas, moños, etc, y las letras también tienen su particularidad en cuanto al dibujo. Cuando la gráfica autoadhesiva vino a provocar toda una crisis eliminando a la mano del letrista como oficio, al no poder modernizarme empecé a ir hacia atrás, a interiorizarme en la historia del filete y a descubrir como eran los orígenes. Así empecé a crear un estilo personal en cuanto a las hojas, las flores, los moños... Luego, siempre atendiendo a la demanda del cliente, fui incorporando el estilo del filete.
A pesar de que al filete se lo presenta como un arte u oficio típico de la ciudad de Buenos Aires -de hecho el título oficial es Fileteado Porteño- vos creaste el grupo “Los Fileteadores del Conurbano”...
Claro, porque cuando uno lo llama fileteado porteño lo encasilla como algo propio de la ciudad, y el fileteado nació con las carrocerías, y las carrocerías no se hacían sólo en Capital, se hacían también en la provincia, en lugares como San Fernando, en Carupá, en Quilmes, aunque quizás no hayan quedado demasiados registros de todo eso. Incluso se hizo también en el interior, porque cuando aquí se prohibió la tracción a sangre, el filete trascendió en el interior y por eso nace el filete gauchesco. En septiembre se hace una peregrinación de gauchos a Luján y todos los carros van fileteados.
Vos has llevado el filete a la imprenta Chilavert y otras fábricas recuperadas, a bibliotecas populares o a murales comunitarios...
Si, comencé a trabajar en Maderera Córdoba, una de las fábricas que pertenecen al Movimiento de Empresas Recuperadas, luego trabajé en Chilavert, y también tuve la oportunidad de pasar por Zanón, que hoy es un ejemplo a seguir, ya que en cuatro años se triplicó el personal y sin ningún tipo de crédito llegaron a exportar. También trabajé en comedores populares, centros culturales, huertas comunitarias y el Movimiento 26 de julio de La Matanza, en donde hice decoraciones en sus centros comunitarios.
Desde hace unos años se viene dando un notable resurgimiento del filete, y los nuevos fileteadores son jóvenes que a veces no tienen ni 20 años. Lo curioso del caso es que la iconografía del filete gira alrededor de viejos próceres y artistas de otras épocas, y en particular del tango.
Lo que pasa es que ese es el origen, pero ahora me parece que en la actualidad está más relacionado con la murga que con el tango. Hay muchas cualidades que lo relacionan con la murga, como la censura, por ejemplo. Por ahí el tango se aburguesó un poco más, pero tanto el filete como la murga siguieron al margen, sin academias. Y el filete también tiene eso de mantener la cosa barrial y popular. También está la parte literaria; el filete utiliza frases que no tienen autor, lo mismo que la murga: no existe un poeta de la murga, sino que una canción se crea entre todos, pasando de boca en boca. También comparten la alegría de los colores; no es casualidad que todas las murgas tengan algo fileteado, instrumentos o estandartes. Lo mismo pasa con el rock actual. A mí me cuesta inspirarme en el arrabal, porque yo no lo viví.
¿A que atribuís esta notable resurrección del fileteado?
Antes que nada a la valorización de la mano nacional. Creo que esto es como las figuritas, o el barrilete, que tienen distintas temporadas, pero siempre vuelve. Tampoco se sabe si es para siempre. Quizás en unos años vuelva la tecnología, el plotter, pero siempre va a haber una demanda. También tiene que ver con el cambio del país, porque el filete está muy asociado a circunstancias políticas e históricas. Incluso a la economía: cuando la gente viene acá se sorprende porque un cartel hecho a mano sale más barato que uno impreso, y encima tiene una vida útil más larga.
Muchos se sorprenden de que el artista fileteador utilice el esmalte sintético para realizar sus obras, en lugar de pinturas más relacionadas al arte, como los óleos o el acrílico. Explicá las virtudes del esmalte sintético.
Cuando el fileteador pintaba un carro o un colectivo, tenía que pensar que el vehículo iba a estar afuera, a la intemperie, y por eso necesitaba resistir los cambios climáticos, los efectos del sol, la lluvia... y sobre todo el paso del tiempo. Y no hay material que dure más que el esmalte sintético. Esto también tiene que ver con el oficio; a veces me llaman para pintar un cartel y no me dicen si es sobre vidrio, metal, o madera. El sintético queda bien en todas esas superficies. Además es barato en comparación al óleo, por ejemplo.
¿Qué camino tendría que abrir el nuevo fileteador para evolucionar con el género?
Habría que buscar nuevos soportes. Creo que el desafío de los nuevos fileteadores es crear nuevos ambientes para que el filete trascienda, así como Jorge Muscia o Martiniano Arce trascendieron en los salones y galerías de arte, también habría que buscar soportes nuevos, como podrían ser los puestos de diarios, que tienen esa personalidad ciudadana y uso cotidiano. Me parece un lindo espacio en donde plasmar toda la mitología del filete.

FRASE:
“La pobreza del mundo me preocupa, pero la mía me desespera”
(Es la idea con la que me acuesto y levanto cada día) Ø

















CON HORACIO FONTOVA, EL GAUCHO Y EL DUENDE GARNICA










CON LOS CALIGARIS










CON EL CHANGO SPACIUK















CON ALEDO LUIS MELONI











CON COQUI ORTIZ, SALVADOR ORTIZ Y ALEDO LUIS MELONI















CON LILIANA HERRERO










CON EL MONO DE KAPANGA

3 comentarios:

  1. TODO MUY LINDO,LA FRASE FINAL ES PERFECTA,CREO QUE A MI TAMBIEN ME PREOCUPA MI PROPIA POBREZA.ME ENCANTA LO QUE HACES,SOY DE BAHIA Y ACA TENIAMOS A UN BUEN FILETEADOR LLAMADO pincelito,QUIEN ADORNO TODOS LOD CAMIONES DE MI VIEJO.

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  2. Sos un Señor Grosso, muy buenos trabajos, gracias por seguir Fileteando la Ciudad

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  3. Muy muy Groso Freddie.Me gustaron tus trabajos y tu ideología, nacional y popular. Adelante maestro!
    Lo agregué en mi lista de blogs www.historiasdelbondi.blogspot.com

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